Hay libros interesantes y hay libros que marcan una época. Estamos ante una biografía novelada inmensa, profunda y muy adecuada. El retrato de una época hecha a partir de un personaje repulsivo, pero al que casi todo un país se entregó de manera acrítica e incondicional. Estamos ante el mejor retrato posible de lo que fue el origen del fascismo italiano a través del itinerario que sigue su creador Benito Mussolini, escrito de manera intensa y vibrante, combinando bien la mejor de la narrativa de ficción con la profundidad y el conocimiento histórico. Una escritura trepidante para relatar los seis años claves del nacimiento y consolidación del fascismo italiano, entre 1918 con la finalización de la Primera Guerra Mundial y 1924 cuando Mussolini encarga a sus escuadras el asesinato del diputado socialista Giacomo Matteotti. Un tiempo que se inicia con la frustración de una Italia que, aunque formalmente ganadora de la Gran Guerra, será tratada como un país perdedor en el Tratado de Versalles, y como esto da alas a todo tipo de frustraciones patrióticas y de clase lo que crea un entorno propicio a la subida al poder de un proyecto fundamentado en el amedrentamiento y el uso de la violencia, prometiendo a los italianos una acción redentora. La historia de cómo una sociedad extraordinariamente convulsa y cargada de conflictos sociales, decide entregarse a los delirios de grandeza de un solo individuo. La descripción de un personaje gris, confuso, resentido y violento que había abandonado la militancia socialista en 1915, donde dirigía el diario del partido, en pro del belicismo que perseguía hacer entrar a Italia en la guerra. Una personalidad desequilibrada y con un gran sentido del poder, la que conseguirá dar sentido y cohesión a los frustrados soldados desmovilizados, abonando la formación de las escuadras que les proporcionarían un ideal político y de clase al uso de la violencia, además de un proyecto político que acabaría cuajando a partir de la Marcha sobre Roma. Todo ello abonado tanto por los numerosos errores y confrontaciones internas de la izquierda italiana fracturada entre socialistas y comunistas, así como de una derecha democrática que irá abandonando estos valores para entregarse al caudillo emergente, poniendo los intereses de clase por encima de cualquier otra consideración
A M. El Hijo del siglo (Alfaguara, 2020) Antonio Scurati consigue crear una obra mayor, tanto por su calidad literaria como por la profundidad en que trata el tema del fascismo y la forma innovadora con que lo hace. Las cosas tienen su momento. Un libro extraordinariamente adecuado en una época en que las nuevas derechas extremas y los discursos identitarios de los nacionalpopulismos exhiben sin pudor y se están imponiendo en muchos países. El libro habla de hace cien años, pero a menudo recrea emociones sociales y comportamientos políticos que destilan una enorme actualidad. Una narración de cómo el miedo y la falta de expectativas saca el peor de los individuos y el conjunto de la sociedad, de cómo los malestares colectivos si no tienen vías de expresión y de conducción adecuados pueden acabar derivando en movimientos absolutamente reaccionarios. Un relato profundo, sólido, sobre la manipulación, el uso de la falsedad de manera organizada, de la capacidad disciplinadora de la violencia y cómo, en definitiva, la cultura democrática es una convicción siempre débil que requiere ser reforzada de manera constante, ante los embates de la pulsión animal, totalitaria.