Siempre he creído que a menudo las novelas pueden hacer mucho más por el conocimiento de determinados temas complejos que no el ensayo. La ficción permite el recrear climas y contextos de comprensión, para proporcionarnos una riqueza de matizaciones que difícilmente se puede hacer con el estilo y el lenguaje del análisis histórico o sociológico. Este me parece notoriamente el caso de este libro que os recomiendo. Su carácter explicativo sobre algunas realidades del mundo islámico, sin embargo, no le restan interés desde el punto de vista puramente literario. Es una historia dura y cruda, narrada con un estilo directo y sorprendente, en el que tres personajes conforman un calidoscopio sobre la realidad de las mujeres en las zonas más oscuras del integrismo musulmán. Estamos ante una narración que sorprende, que impresiona por su carácter de tragedia y que nos emociona profundamente por su capacidad de describir elementos humanos de grandeza en medio de tanta falta de razón, sometimiento y violencia. Alguien definió que esta novela estaba escrita desde la furia. Es intensa, provocativa y emplaza a las mentes bienpensantes del mundo occidental a plantearse que quizá sus «buenas intenciones» respecto de realidades que desconocemos, no son sino una manera de engañarnos queriendo quedar como bondadosos. La realidad es más cruda y la posibilidad de comprender requiere un acercamiento más modesto y con menos convicciones preestablecidas.
En El viento en la cara (Grijalbo, 2017), Saphir Azzeddine explica una dura historia sobre una mujer musulmana convertida en heroína, a pesar de ella misma, por no aceptar la sumisión y la creencia ciega que el integrismo hace de unas reglas, desproveyendo así de toda humanidad su religión. Es un canto a la libertad por parte de una mujer que asume su destino al apostar por afirmar cosas evidentes paa el sentido común. El personaje de Bilquiss representa una condición femenina en el mundo islámico que, sin renegar de una cultura y confesión religiosa, no acepta la lectura que Dios haya podido condenar a la esclavitud y la invisibilidad a la mitad del género humano. La autora de la novela conoce bien este mundo. Nacida en Marruecos pero establecida en Francia desde su infancia, aboga por reivindicar y mantener muchos de los valores de su mundo, los cuales los occidental no valoramos e incluso menospreciamos, en nombre de la defensa de nuestro modelo de vida, aferrándonos a valores que, como el del hiperconsumo, no tienen nada de superiores. Una escritora joven y polifacética, también es socióloga y directora de cine, que creo que tiene mucho interés y recorrido.