Una reflexión profunda sobre los vínculos doctrinales entre la violencia y la religión islámica hecha desde el mundo árabe y que huye de los tópicos habituales. El libro cuestiona la distinción recurrente entre radicalismo y religión que suele inundar las declaraciones bienintencionadas que se multiplican después de cada atentado o de cada acción violenta cometido en nombre de yihadismo religioso. Detrás del apodo del diez fenicio Adonis está Ali Ahmed Said Esber, uno de los poetas e intelectuales árabes más renombrados. Nacido en Siria, ha viajado por medio mundo, habiendo ejercido de profesor universitario en el Líbano y Francia. Además de publicar un larguísimo poemario en árabe, este autor ha destacado de manera notable como ensayista e historiador de la cultura árabe, de la que es uno de los principales conocedores. La posición de Adonis respecto al mundo árabe y el islam huye de temores y de hipocresías y puede resultar dura y chocante. Para él, la religión islámica ha sepultado y negado durante muchos siglos de cultura árabe, llevando a una confusión que habrían de superar, especialmente los mismos árabes. Cree el autor, que si las religiones monoteístas en general, poseedoras de verdades absolutas niegan la libertad y el mismo concepto de cultura y de sociedad, la religión islámica, debido a sus orígenes mercantiles y de poder, lo hace de una manera especialmente absoluta. Cree que habría que liberar la cultura árabe de la no-cultura del Islam, religión la que encuentra intrínsecamente vinculada a la violencia, el analfabetismo, la misoginia y el oscurantismo.
Este libro, de lectura absolutamente recomendable si queremos ir un poco más a fondo de genéricas y habituales manifestaciones de respeto a la religiosidad de cada uno, está escrito en forma de diálogo entre el poeta sirio y Houria Abdelouahed, profesora de origen marroquí establecida en Paris y que ejerce de psicoanalista y traductora del árabe. En Violencia e Islam. Conversación con Houria Abdelouahed (Ariel, 2016), asistimos a un análisis muy crítico del papel de la religión en relación a la cultura, e incluso a la posibilidad de desarrollar una dimensión espiritual, en la medida en que algunas religiones sólo son un compendio de normas de obligado cumplimiento que niegan la libertad inherente a la condición humana y al ejercicio de la creatividad individual. Abogan los dos, por poner en valor una cultura árabe ancestral y literariamente muy valiosa, que el Islam ha ocultado de manera sistemática. Liberarse del totalitarismo religioso, sería a juicio de estos dos intelectuales, la auténtica «primavera árabe» que sacaría a muchos fieles de la ignorancia y de la oscuridad. Un libro interesante, profundo y sin concesiones.