Frédéric Beigbeder. Oona y salinger

Este es sin duda uno de los mejores escritores franceses contemporáneos. Más allá de excentricidades y de haberse construido un personaje no siempre agradable, los libros y el conjunto de su proyecto literario tienen una gran solidez, que contiene profundidad en los temas que plantea y a la vez son tratados de manera innovadora e imaginativa. Beigbeder escribe novelas que reflejan mucha realidad, entre ella su propia biografía, pero a la vez no dejan de ser ficción. Un estilo literario inconfundible que parece adoptar en este libro un notorio nivel de madurez. Las concesiones al «enfant terrible» que no puede dejar de ser siguen estando presentes, pero ya no dominan el conjunto de una obra bastante más sobria que las anteriores. Estamos ante un gran libro, creo que de una obra mayor de este reputado y mediático autor. El libro reconstruye la particular historia de amor que vivieron el escritor de culto J.D. Salinger y Oona O’Neill, justo antes de la Segunda Guerra Mundial, y que esta no sé si se puede considerar que truncó, pero al menos sí que la condicionó de manera notoria. Es el Salinger joven, autor ya de varios relatos, pero que aún no había dado salida a su única y mítica novela El guardián entre el centeno, donde reflejará el impacto de una Guerra Mundial que presenció de manera intensa en Europa y que le hicieron vivir experiencias traumáticas como la de llegar de los primeros a los campos de concentración alemanes para liberarlos. No se recuperaría jamás. Intento de suicidio, alejamiento del mundo con una práctica sistemática de la misantropía y una obra literaria tan mayor como escasa. Su relación con la hija del dramaturgo Eugène O’Neill que de adolescente imponía ya su estilo en los clubes neoyorquinos para gente rica y que protagoniza el Desayuno en Tiffany’s de Truman Capote, le afectó de manera notable a lo largo de toda su vida.

A Oona y Salinger (Anagrama, 2016), Beigbeder no se limita a reconstruir sólo una gran historia de amor de dos grandes personajes. Habla de la importancia de las relaciones de juventud, del papel de la edad en las historias de amor, en la pasión y en la parte de tragedia que acompaña esta y sobre los efectos del paso del tiempo. Trata de la forja del carácter y de la voluntad, de los recuerdos como un lastre en nuestras propias vidas. Salinger no deja de ser en este libro el alter ego de un Beigbeder, aunque también hace este mismo papel un Charlie Chaplin que es quien se acaba casando y compartiendo buena parte de su vida con una heroína que más que buscar el amor pasional, iba en busca de un padre que no había tenido a su alcance. Sobre hechos verídicos, Beigbeder construye una historia novelada de gran calado, imaginado lo que se dijo y lo que no a la luz de documentos, pero también de su propia experiencia que tiene algunos paralelismos. ¡Un libro delicioso!

 

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