Joseph E. Stiglitz. La gran brecha

La desigualdad se ha convertido en el problema central que debe afrontar nuestro sistema social y político, ya que su crecimiento exponencial en las últimas décadas está convirtiendo en absolutamente inviable nuestro sistema económico, y pone en entredicho la cohesión social necesaria, así como la credibilidad y el apoyo hacia el sistema democrático. Como explica este reputado autor, la creciente desigualdad, el hecho de que haya una impúdica concentración de riqueza en manos del 1% de la población, no es el resultado de una casualidad, ni el producto de acontecimientos imprevisibles e inexorables. Tiene que ver con una determinada concepción de la economía y de la sociedad que se impuso a finales de los años setenta y que no ha hecho sino convertirse en pensamiento y práctica casi única en las últimas décadas. Las revoluciones conservadoras y la hegemonía doctrinaria y aplicada del liberalismo económico más extremo, conllevaron la desregulación de las economías occidentales y un proceso de mundialización de las economías en beneficio de las grandes corporaciones y la minoría más rica, que ha roto los consensos sobre los que se establecieron el Estado de bienestar y el modelo social europeo, renunciando a sociedades relativamente equilibradas e inclusivas, y apostando por un individualismo extremo en el que el espíritu de beneficio y de enriquecimiento individual se han impuesto sobre cualquier consideración colectiva o de bien común. La desigualdad actual, ya del todo insoportable, no genera sólo un problema de falta de justicia y de inequidad, es que como bien explica Stiglitz, es la mayor amenaza para la prosperidad. La pobreza mayoritaria, no es sólo poco deseable ética y moralmente, es que se ha convertido en insostenible para mantener una cierta lógica en la economía actual.

José E. Stiglitz es actualmente uno de los economistas críticos con la dinámica global del capitalismo, más reputados a nivel mundial. Aparte de haber sido Premio Nobel de Economía, Stiglitz es un gran conocedor de las instituciones económicas internacionales y ha vivido de primera mano el cómo se llevó a cabo el proceso llamado de globalización económica, ya que fue durante años el economista jefe del Banco Mundial. ¡Poca broma! Su credibilidad en las formulaciones, su honradez en los planteamientos críticos con la dinámica económica actual, tiene justamente que ver en que proviene del establishment, el cual abandonó por considerar que las políticas que se practicaban y se abonaban a poner en marcha en todos los países mediante las famosas «cláusulas de condicionalidad» eran del todo perjudiciales para estos países y para el conjunto de la ciudadanía. Este libro forma parte de una numerosa obra destinada a denunciar lo que él ha llamado «el precio de la desigualdad», un precio que para él es del todo inasumible. En La gran brecha. Qué hacer con las Sociedades desiguales (Taurus, 2015), reúne los magníficos artículos que ha ido publicado en los medios sobre las diversas y múltiples caras que adquiere la inequidad y el proceso de concentración de la riqueza, alertando sobre la imposibilidad de futuro de seguir esta tendencia. Los artículos se reúnen por temas, y el mismo autor los contextualiza. Sorprende la fuerza de las ideas que plantea y como las plantea, así como la capacidad de divulgación que le permite llegar a un público amplio, que no es necesario que tenga demasiados rudimentos de economía. Estamos ante un keynesiano, convencido como pocos, que la economía, si sirve para algo, es para intentar mejorar la vida de la gente, de la mayor parte de la gente; y no como una especie de alquimia para justificar los intereses de los poderosos.

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