Saskia Sassen. Expulsiones

La economía global, el proceso de globalización, aunque se ha llevado a cabo en nombre de promover la generalización a escala planetaria del crecimiento económico y del bienestar; lejos de eso nos ha generado una dinámica de desigualdad económica y social. Se nos ha conducido  a una escisión entre incluidos y excluidos que está generando problemas de iniquidad injustificables e insoportables, además de poner en riesgo una mínima estabilidad social y el mismo concepto de democracia. De hecho, más allá de los discursos económicos liberales o ultraliberales, lo cierto es que el globalismo y la desregulación de las economías se llevó a cabo de manera rápida y apasionada para generar nuevas y grandiosas oportunidades de enriquecimiento a unas élites sociales y empresariales que una vez caído el muro de Berlín y sin el miedo al contramodelo soviético, consideraron que era el momento de hacer una apuesta de máximos, y que ya no tenía ningún sentido contribuir al estado del bienestar con trabajo e impuestos, y que las clases medias eran perfectamente prescindibles. Una esfera global, cosmopolita, para las corporaciones y por el 1% de la población que concentra la riqueza, mientras que el resto de la población quedaría recluida en el marco estanco de los Estados-Nación, cada vez más laboralmente precarizados o en paro, con salarios más bajos y con menos prestaciones sociales desde unas administraciones con cada vez menos ingresos tributarios. El triunfo de la new age en la economía y en la sociedad. Desigualdad, falta de trabajo y sobre todo exclusión creciente es el precio que se paga. Las dislocaciones socioeconómicas ya no permiten mantener sociedades mínimamente inclusivas. Cada vez hay más gente fuera o en los márgenes.

De eso habla este magnífico y contundente libro de la socióloga neerlandesa Saskia Sassen. Una reflexión sobre los efectos colaterales, brutales y complejos, que ha generado y genera más cada día la economía global. Ya no se trata de analizar los efectos de la economía descontrolada en términos de injusticia, pobreza o desigualdad. Se entiende mejor expresado en términos de expulsiones. Unas expulsiones que no son casuales ni espontáneas, sino el fruto de políticas premeditadas y de la participación por activa o por pasiva de las propias instituciones políticas. Hay una lógica sobre la multitud de formas de exclusión, con unas consecuencias devastadoras hacia la sociedad y hacia las instituciones democráticas. Cada vez más gente desplazada, más gente abandonada y prescindible, más víctimas de la locura financiera, más personas encarceladas, más refugiados y más territorios medioambientalmente devastados. Aunque sea más difícil de establecerlo, hay líneas de responsabilidad en todo esto. A expulsiones. Brutalidad y complejidad de la economía global (Katz, 2015), esta especialista en planeamiento urbano de la Universidad de Columbia (no todos ven la economía en colores en aquella universidad neoyorquina), que fue Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales en 2013, y que se hizo intelectualmente reconocida por su tesis elaborada a principios de los años noventa sobre «la ciudad global», construye un libro elocuente que combina una poderosa conceptualización de las tendencias socioeconómicas de las últimas décadas, con el análisis profundo de algunas de las nuevas formas de exclusión social más trascendentes. Un libro sólido, y un libro notoriamente comprometido.

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