Una lectura de verano muy satisfactoria. Un personaje capital en la cultura occidental con quien tenía pendiente el entrar un poco a fondo en su vida, vista esta de forma interrelacionada con la elaboración de su obra principalísima e ingente. Ha resultado un magnífico viaje en este autor admirado y admirable de la cultura germánica, que lo es por extensión de la cultura europea. Poeta, dramaturgo, pensador, político y siempre hombre de acción. Un intelectual reputado y de referencia que aún hoy se sigue leyendo y estudiando. Un creador consciente de su valía y quien se esforzó por hacer de su vida su principal creación artística. A pesar de ser considerado plenamente un romántico, Goethe representa la transición desde la formación ilustrada hacia las formas poéticas románticas, encabezando el movimiento Sturm und Drang (Tormenta e Ímpetu). Instalado en el pequeño ducado de Sajonia-Weimar donde fue durante años el Consejero secreto del Duque, convirtió este territorio en lugar de referencia para la intelectualidad germana y europea entre el último cuarto del siglo XVIII y el primer tercio del siglo XIX, vinculándose y atrayendo la más granado de los creadores y pensadores de la época: Herder, Fichte, Hegel, Schiller, Humboldt, Schopenhauer … De Goethe, continúa atrayendo su fuerza creadora, su genio, la capacidad y facilidad para la construcción de libros de pensamiento a través de la dramaturgia poética, pero especialmente, su capacidad de incidir políticamente en la Europa de la época, convirtiéndose en una mezcla de mandarín cultural y político, papel por el que se deleitaria cualquier miembro de la intelectualidad actual. Nunca más un hombre de letras o persona de la cultura tendrá el peso y el papel determinante que él logró tener.
A Goethe. La vida como obra de arte (Tusquets, 2015), Rüdiger Safranski elabora una detallada biografía, donde la profusión de aspectos concretos de la vida del pensador alemán no sirve como tan a menudo para erigir una hagiografía acrítica, sino para facilitar la comprensión de la densa e intensa obra de este autor, para poder captar como los detalles vitales y la creación intelectual y literaria se mezclan de manera especialmente intensa. Un recorrido biográfico que es una buena ocasión para leer o releer a Goethe, o al menos sus piezas principales, de Las tribulaciones del joven Werther al Fausto, de Las afinidades electivas a Poesía y Verdad, libro autobiográfico este último en el que Goethe hace un repaso a su vida literaria y artística. Un escritor que, para entendernos, vio desde el predominio del rococó hasta el ferrocarril. Que vivió la Revolución Francesa, las guerras napoleónicas y la Restauración de las monarquías a partir del Congreso de Viena. Alguien que conoció y escuchó directamente a Mozart o que Beethoven le tocó el piano expresamente para él. Alguien que hablaba ocho idiomas y que trató Voltaire, Rousseau, Kant o Napoleón. Nadie como este personaje representa la Europa culta y las contradicciones de un tiempo en que, como escribiría muchos años después Bertolt Brecht, lo viejo no acababa de morir y lo nuevo no se acababa de imponer. Él estaba a medio camino. Un libro voluminoso el de Safranski, como intenso, elegante y cautivador.