Nir Baram. La sombra del mundo

Estamos ante una novela con un cargado sentido político. A menudo la literatura, la buena narrativa, puede ser tan adecuada como el mejor libro de ensayo, o más, para plantear los temas sociales, económicos y políticos más complejos. La ficción permite un nivel y sutileza en los detalles, en la descripción de la complejidad, que a menudo escapan a las posibilidades de las mejores explicaciones hechas en el terreno del ensayo. Es un libro inteligente y complejo, que se situaría en la tesis de Hannah Arendt y su banalidad del mal. Para este joven escritor israelí, las pequeñas y las grandes injusticias, también los totalitarismos, necesitan de colaboradores necesarios, de «buenas personas» dispuestas a pactar abusos y excesos en nombre de la supervivencia, mirando si es necesario hacia otro lado. Estamos ante una reflexión moral sobre el capitalismo, sobre las contradicciones y miserias de unas vidas que nos obligan a una capacidad de adaptación a las circunstancias, donde las fronteras entre el bien y el mal tienden a desdibujarse. Su planteamiento no es ni mesiánico ni esquemático. Entrecruza el libro tres líneas argumentales. Por un lado un joven hombre de negocios, con un futuro prometedor, que aprovecha las grandes oportunidades que la globalización ofrece en los años noventa, convirtiéndose en un miembro reputado de la sociedad israelí, pero que va interiorizando dudas sobre la honestidad de los que le apadrinan. Una segunda línea argumental tiene que ver con el mundo de los jóvenes indignados que, en este caso, convocan desde Londres una huelga general planetaria que acabará derivando en violencia, siendo el remedio peor que la enfermedad. En la tercera historia, una empresa de consultoría estadounidense, con un  poder inusitado, decide intervenir en las elecciones de los Estados Unidos, Bolivia o el Congo, con un nivel de brutalidad y cinismo que no tiene desperdicio.

Nir Baram, es un muy joven escritor israelí, que ya triunfó con su primera novela –Las buenas personas– donde demostraba compartir poco la imagen menudo autosatisfecha de la sociedad israelí. De familia de políticos, tiene una visión muy crítica sobre la sociedad y la política israelí, como evidencian sus novelas y las colaboraciones en la prensa. En La sombra del mundo (Alfaguara, 2015), Nir Baram construye una novela muy ambiciosa donde se plantea hasta qué punto es posible cambiar la realidad. Tres tramas unidas e interrelacionadas que evidencian la miseria moral sobre la que estamos instalados, donde en nombre de las grandes corporaciones o los estados, buenas personas contribuyen a crear las situaciones de pobreza y de exclusión económica y social, que luego la mala conciencia les hace denunciarlas en Facebook o en Twitter. Estamos ante una gran novela que tiene una notable pretensión política, que cuestiona el sistema establecido y que considera que estamos inmersos en una enfermedad colectiva y sistémica.

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