Una muy buena exposición en el CaixaForum de Barcelona, y que quedan pocos días para poder visitar. Pequeños tesoros que han salido del Museo del Prado y que tienen en común el pequeño formato, el ser obras de gabinete para formar parte de entornos íntimos o estudios y bocetos de obras mayores de grandes artistas de los últimos siglos. Una alternativa sintetizada para conocer El Prado, no convencional ni demasiado vista, pero no menor desde el punto de vista artístico o del interés. De hecho, la exposición se inauguró el mes de julio y los próximos días ya se clausurará (5 de enero). Un conjunto de 135 obras, poco habituales en el recorrido de El Prado, que grandes artistas concibieron para un uso individual o privado y que tienen también como característica el pequeño formato. De hecho es una historia de la intimidad desde la Edad Media hasta el siglo XIX, de El Bosco en Francisco de Goya. Desde los tormentos del infierno en el paisajismo, los cuerpos abundantes de Rubens hasta los retratos de Velázquez, de las obras de encargo cortesanas hasta los caprichos de los autores.

La pintura de pequeño formato suele ser bastante independiente de las normas y tradiciones académicas de cada momento. Un ámbito de experimentación artística, de obras con multitud de detalles para ser mirados y remirados recreándose en ellos en el ámbito particular. Un espacio de libertad creativa destinado a satisfacer un público cada vez más conocedor y sofisticado. Obras de estudio en muchos casos, de bocetos preparatorios de obras de carácter mural y de gran formato donde se puede ver el proceso creativo de grandes artistas. Una exposición que he estado a punto de perderme, lo que habría resultado imperdonable.