Paula Sibilia. La intimidad como espectáculo

La exhibición de la intimidad se ha convertido en una tendencia predominante en el mundo actual. Las redes sociales han impuesto una lógica de mostrarse de manera impúdica, paradójicamente como una manera de reforzar la propia individualidad. No es una moda pasajera a la que se prestan los adolescentes, sino como una forma de presentarse -de reivindicarse se- que se ha convertido en un hábito casi generalizado. No es sólo enseñar constantemente el propio cuerpo en Instagram o en otras redes con profusión de selfies. Se trata de hablar siempre de nosotros mismos, de actuar como si fuéramos el centro del mundo. Justamente, el egocentrismo es una característica inherente a la extrema sociedad individualista hacia la que nos ha llevado el capitalismo en las últimas décadas. Ha habido y sigue habiendo una mutación de la subjetividad. La manera de ser y estar en el mundo ha cambiado radicalmente. Nos construimos un yo prácticamente autista, que interacciona con los demás a través de la mediación de la pantalla. Una individualidad idealizada, puramente imaginaria que pretende ser seguida, deseada y emulada. Desaparece cualquier noción de espacio común y de interrelación social. Hemos construido un mundo donde el narcisismo se ha convertido en el perfil psicológico dominante y hacia el que empujamos a nuestros hijos a partir de una sobreprotección que los hace asumir que son «especiales» más que «diferentes». Autoestima excesiva, la cultura mediática de la fama superficial y el aislamiento autocentrado que nos ha llevado internet y la profusión de pantallas, derivan fácilmente hacia la arrogancia, la vanidad, así como a la vacuidad.

Paula Sibilia: La intimidad como espectáculo | El Imparcial

Paula Sibilia es una interesantísima antropóloga y comunicadora argentina radicada en Brasil que tiene libros de referencia sobre el impacto de las tecnologías digitales sobre la subjetividad. En La intimidad como espectáculo (Fondo de Cultura Económica, 2013), analiza precisamente las causas y las claves de esta tendencia a la exhibición de la intimidad en el mundo contemporáneo. El que la mayoría de las personas quieren salir del anonimato y se echen al espacio público a través de las redes con el fin de mostrar no tanto su realidad, como una vida inventada o menos recreada y pasada por los «filtros» de mejora. Este «hacerse visible» también ha ido acompañado del triunfo de los formatos televisivos de telerrealidad en el que toman protagonismo personas absolutamente convencionales ya menudo con pocas virtudes destacables. Como bien explica la autora, resulta curioso como se está abandonando aquella conquista burguesa hace unos siglos de «espacio privado», de la cosa íntima entendida como un tiempo y lugar de reserva para desarrollar la propia vida. La contradicción entre el individualismo extremo y el aislamiento que conlleva, con la rotura de la esfera privada y la pérdida de intimidad resulta más que evidente. Para la autora, esta repentina ansia de visibilidad, esta ambición de hacer del propio «yo» un espectáculo, sería una tentativa desesperada para ahuyentar el fantasma de la soledad.

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