Los pecados de la carne

Parece haberse puesto de moda hablar mal e incluso denigrar el comer carne. Hay gente que bien legítimamente ha apostado por dietas libres de proteínas animales, sustituyéndolas por otros componentes alimenticios. Hay apuestas vegetarianas o veganas, que probablemente resultan bastante saludables al no consumir las grasas saturadas que son inherentes al consumo de la carne. Opciones que ahora son tendencia y que llevan a los que forman parte de ellas a ir más allá y convertirse, por suerte no siempre, en poseedores de una nueva verdad sobre la que creen tener la obligación de convencer y crear nuevos adeptos. Para algunos es ya una religión. En la misma línea, se está desencadenando un movimiento animalista que más allá de defender un trato digno por el ganado, lo que deberíamos compartir todos, cuestionan ya toda la función alimenticia de los animales equiparando a estos con la condición humana. Hacen acciones vistosas para colgar en las redes sociales, abrazando y despidiendo cerdos camino del matadero, con lloradas colectivas, o bien asaltando granjas para «liberar» a las pobres bestias. Exagerar las cosas acostumbra a llevar al ridículo. Ciertamente que todo el ciclo desde la producción hasta llegar a nuestra mesa, la carne tiene aspectos que es mejor no conocer, poco románticos. La producción intensiva de ganado estabulado hace poco atractivo su consumo, como poco aceptable resultan muchas formas de trabajo casi esclavo que practican mataderos y salas de despiece. Todo para que lleguen al lineal del supermercado a precios anormalmente bajos. Hay que decir, que en los últimos tiempos las normativas públicas sobre bienestar animal han mejorado algo condiciones de vida que eran a menudo dantescas. El problema es más bien de salud. Consumimos una carne que lleva una cantidad de hormonas y de medicamentos incorporados que hace muy difícil de creer que esto sea muy beneficioso.

Estas últimas semanas ha saltado a la palestra la idea de que el modelo alimentario de la carne sería en buena parte responsable del cambio climático en el que estamos inmersos. Aquí ya no hay sólo exageración, sino también una confusión de términos. Los modelos intensivos de ganadería suelen generar contaminación de acuíferos por nitratos –en la comarca de Osona conocemos bien esto-, seguramente porque la cabaña animal es excesiva en el territorio, pero sobre todo por unas malas prácticas que hacen que históricamente no se hayan internalizado los costes medioambientales dentro de la explotación. Ahora bien considerar que las flatulencias de las vacas son una causa fundamental del calentamiento global, va poco más allá de un mal chiste. El tema del cambio climático es el reto más grave que tiene planteada la humanidad de manera inmediata. Sería bueno no frivolizar a él e ir a las causas reales. Tiene que ver con un modelo de producción y de consumo, depredador, ilógico, absurdo y desaforado. Los aspectos principales están en el modelo energético basado en la extracción y combustión de carbón y petróleo, en la producción industrial y en el consumo exagerado. Cuando este verano surcan los cielos 250.000 aviones diarios, por poner un ejemplo, situar el problema del calentamiento atmosférico en el ganado, parece un poco desafortunado o cínico.

Resultat d'imatges de residuos de antibióticos en la carne

Probablemente una buena parte de la gente que nos ha tocado vivir en países ricos haríamos bien en hacer un consumo más moderado y de calidad de carne. Nuestro cuerpo y nuestra salud nos lo agradecerían. A escala global, sin embargo, habría que recordar que para buena parte de la población mundial el consumo de carne es un lujo que se pueden permitir muy poco a menudo, o casi nunca. Recomiendo leer un libro brutal sobre el tema del periodista argentino Martín Caparrós, El hambre(Anagrama, 2016). Entre muchas otras cosas, explica cómo en realidad el 90% de las calorías que se consumen son de origen vegetal y que dos tercios de estas provienen del arroz, del trigo y del maíz. Que para buena parte de la población mundial resulta extraño el concepto de gastronomía: para ellos, comer bien, es poder comer suficiente. Para la mitad del planeta, la preocupación cada mañana es poder alimentarse un día más ya que no lo tienen asegurado y no están seguros de que lo consigan.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s