Esta es otra manera de ver el siglo XX. Una forma de analizarlo más sugerente, creativa, imaginativa y con mucho humor del que suelen aportar los libros más canónicos que revisan el último siglo. No estamos ante la obra ni de un historiador, ni de un economista, sino de un periodista que pretende dar otra visión, en la que apoyándose de la historia cultural lo que hace es interpretar y someter a un cierto juicio moral, justamente el siglo actual, el XXI. Para ello, Higgs no disecciona el siglo pasado evaluando las fases habituales de Primera Guerra Mundial, crisis de 1929, Depresión de los Años Treinta, Segunda Guerra Mundial, la construcción del Estado del Bienestar, las crisis petroleras, el triunfo liberal conservador….; sino que opta por otros referentes del siglo, que también pueden ser muy representativos: la teoría de la relatividad, las vanguardias artísticas, la emancipación de la mujer, el psicoanálisis, la física cuántica, la carrera del espacio, la despenalización del sexo, el triunfo del individualismo, la ciencia ficción, el cambio climático… Es un punto de vista bastante diferente, que introduce matizaciones a las explicaciones establecidas, con un relato coherente que tiene momentos de mayor y de menor fortuna, pero siempre interesante y repleto de detalles curiosos y bastante extravagantes, con mucha gracia, sin precipitarse por la pendiente de la frivolidad.
A Historia alternativa del siglo XX. Más extraño de lo que menoscabe imaginar (Taurus, 2016), John Higgs construye una obra diferente y divertida para explicar el siglo dominado por el individualismo liberal, explicando la historia oculta del neoliberalismo y de su capacidad de seducción ideológica, aprovechando también la contracultura y los mitos libertarios para hacerlo. Un libro en el que Einstein, Freud, Picasso, Stravinski y Bertrand Russell se codejen con Alesister Crowley, Ayn Rand, Milton Friedman, Mike Jagger o el videojuego Mario Bros. El libro es un poco desigual, ya que algunos capítulos tienen mucha fuerza, imaginación y humor -por ejemplo el que se dedica a la incertidumbre-, con otros más combativos expresando fobias notorias, como el dedicado a la Postmodernidad. Quizás se hacen difíciles de compartir sus conclusiones finales esperanzadoras, con el entusiasmo que le genera la sociedad digital, el mundo en red y donde incluso encuentra una dimensión social a los selfies. Más allá de opiniones y de fortalezas y debilidades del autor del libro, estamos ante un planteamiento de mucho interés, con buenas dosis de incorrección política y cultural, con un buen sentido del humor. ¡Muy interesante!