La crisis actual no es sólo ni estrictamente económica. Tiene aristas y dimensiones múltiples. Han explotado las burbujas financiera e inmobiliaria, pero también la burbuja moral en la que estábamos instalados. Demasiados años autosatisfechos pensando que el progreso económico era ilimitado y que los cambios tecnológicos nos habían situado en una nueva dimensión, mientras disfrutábamos de les seguridades que nos proporcionaba el estado de bienestar y el modelo social europeo, sin valorarlas.
Vivimos durante décadas como nuevos ricos, imbuidos de la soberbia de que todo era posible, con unos fundamentos muy frágiles. El individualismo y la codicia eran los valores triunfantes. No importaba la desigualdad creciente, la exclusión social de los que no conseguían participar de la fiesta ni que la política quedara reducida a temas menores. Ahora nuestro futuro está hipotecado.
Compendio de artículos de opinión, publicados entre 2012 y 2013 en “El 9 Nou”.