Josep Burgaya
Autor de “El Estado de bienestar y sus detractores” (Octaedro) y de “El futur ja no és el que era” (PROSA) y Premio Joan Fuster de ensayo en el marco de los 42 Premios Octubre por “Economia de l’absurd”.
Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Autónoma de Barcelona. Des de 1986, es profesor titular de la Universidad de Vic, adscrito a la Facultad de Empresa y Comunicación, de la que fue decano entre 1995 y 2002, ha impartido docencia en materias de historia económica, de evolución del pensamiento contemporáneo y de organizaciones internacionales políticas y económicas, de Empresariales, Periodismo, Publicidad y Relaciones Públicas y Comunicación Audiovisual. Actualmente, es director académico del Instituto Catalán de la Economía Verde (InCEV). Entre el 2003 y 2011, fue concejal del Ayuntamiento de Vic en representación del PSC, donde ejerció de teniente de alcalde de Economía y Hacienda y presidente de Impevic.
Futuro imperfecto 
Apreciado señor:
Me gustaría que valorara esta propuesta, gracias
Se dice que en España hay en funcionamiento unos 5O.OOO Cajeros Automáticos, cada uno de ellos sustituye a tres personas, porque funcionan las 24 horas del día realizando turnos de mañana, tarde y noche.
Si estos cajeros cotizaran como personas se aportaría a Hacienda el equivalente al pago de impuestos de 15O.OOO trabajadores.
Para que los bancos devuelvan las ayudas sin traumatismos que han recibido por las famosas crisis, Los Gobiernos han de tratar a los cajeros automáticos con el mismo trato fiscal que se realiza a los empleados de banca, porque estos sustituyen trabajadores humanos.
El Banco ha de asignar un sueldo a los cajeros automáticos igual al que le corresponde una persona trabajadora de su entidad y el Gobierno ha de aplicarles las mismas retenciones que se hacen a un trabajador, el sueldo de los Cajeros Automáticos se lo quedarán los bancos para continuar con el negocio, y las retenciones se destinarán a Hacienda Pública.
Si para mantener el Estado del Bienestar se necesitan 18 millones de cotizantes podemos revisar todos los campos de nuestra economía y aplicar este sistema de sustitución de máquinas por personas para que éstas paguen nuestros impuestos. – en el campo de la informática y las tele-comunicaciones encontraríamos millones de estos-.
La solución está en crear máquinas o útiles que paguen impuestos y donde no llegue la máquina que llegue el hombre, por este método nos destensaríamos todos, que falta nos hace.
No me cargo el capitalismo, esto no es comunismo, simplemente es seguir evolucionando.
Este método es global, se puede aplicar en cualquier país del mundo y experimentar en alguna localidad interesada en calcular el número de útiles o trabajadores-máquina que dispone para conseguir con más detalle una mejor economía.
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